lunes, 29 de septiembre de 2014

LAS FILOSOFÍAS POLÍTICAS DE PLATÓN Y HUME



Dos pesimistas

En su admirable trabajo “Platón y Hume, cercanos en lo importante”, J. M. Bermudo, profesor de la universidad de Barcelona, hace una original lectura de la filosofía política del ateniense y del escocés, subrayando sus analogías. Para ello hay que superar los prejuicios de una historiografía tradicional que suele contemplarlos como pertenecientes a mundos intelectuales distintos y hasta enfrentados: Platón utopista e idealista, preocupado por el orden más que celestial de las formas eternas; Hume naturalista y escéptico, para el cual no hay más cera que la que arde. El griego, racionalista a machamartillo, despreciaría las potencias concupiscibles del alma; el edimburgués, emotivista, sostiene que la razón no puede ser más que un instrumento de las pasiones.

Y sin embargo, para ambos, la cuestión política fundamental es la misma: la fundamentación o legitimación de la obediencia a las leyes y de sus límites. Por supuesto, ambos parten de metafísicas y antropologías diferentes, pero los dos son pesimistas y fundan su filosofía política en una teoría realista de la naturaleza humana, además presentan otras semejanzas relevantes a la hora de analizar las condiciones de posibilidad de un gobierno justo.

“Platón es un optimista fracasado que ha puesto el deber tan alto que se ve forzado a aceptar su imposibilidad, siendo su filosofía un apasionado esfuerzo por evitar el desastre; Hume es un escéptico consolado que ha puesto el deber tan asequible que cualquier gesto permite la esperanza”[1].