A pie del fragmento 119 (DK) de Heráclito de Éfeso
Estobeo, en su Florilegio, recoge la frase de Heráclito:
ἦθος ἀνθρώπῳ δαίμων
transcrita a nuestro abecedario:
Êthos anthrópôi daímôn
o sea, más o menos, "el carácter es para el ser humano su demon". Nosotros dejamos la transcripción "demon", en lugar de "demonio", como dando a entender que el significado en griego de esa palabra no puede ser traducido sin explicación por "demonio", término cuyas connotaciones maléficas, en la tradición cristiana, son inmediatas.
Plutarco en sus Investigaciones platónicas cita la célebre sentencia del Príncipe Melancólico, identificando por un lado 'êthos' (modo de ser, comportamiento, carácter) con 'phýsis' (naturaleza), aunque, por otro, empareja 'êthos' con 'noûs' (inteligencia, seso) al citar un verso de Menandro: "Si a su propia natura, pues, como que era sobremanera capaz de juicio y fecunda, la llamó dios, tal como Menandro 'Pues nuestro seso (noûs) es la divinidad' y Heráclito 'Su modo de ser es el genio de un hombre'