Comentarios de Fox Morcillo a la República platónica que duermen el sueño de los justos. |
Nada más lejano de
mi intención que promover el provincianismo o la pasión por añejos olores
de establo, tribales, nacionales, imperiales o lingüísticos. Pero cuando una barra de hierro está combada hacia un lado, hay que combarla hacia el otro para que quede
recta. Debemos proponernos combatir el papanatismo, ya denunciado por Unamuno, y tan extendido entre españoles e hispanos, sobre todo tras la decadencia y desmembración del imperio, como complejo de inferioridad desde el cual se juzga, por ejemplo, que cualquier texto escrito en inglés, alemán o francés -o traducido de estas lenguas-, es mejor que lo que se halla escrito en castellano, catalán o gallego.
No caigamos tampoco en el energumenismo patriotero de atribuirnos un papel exclusivo y divino en la Historia, como hizo el magnifico escritor Juan Larrea, un papel, el del español y lo hispano, superior al resto de lenguas, linajes y naciones. La profecía de Larrea tuvo su venerable precedente en el quijotismo de Unamuno, en su exageración, la del "¡que inventen ellos!", para justificar nuestro atraso tecnológico en el XX, atribuyéndole a España una "hegemonía mística", angustiosamente religiosa.