CÍNOPE & HÍPOPE
Hijo de un molinero con dos casas y una huerta en Granada,
quedó huérfano de padre muy pronto, como Unamuno. Un accidente estuvo a punto
de costarle una pierna. La larguísima convalescencia le volvió infatigable
lector y dependiente de los brazos de su madre durante diez años. Por ello
comenzó tarde sus estudios, pero se doctoró con la máxima nota y una tesis
sobre La importancia de la lengua sánscrita (1889). Antes, Nicolás Salmerón se
opuso a la defensa de España filosófica
contemporánea. En esta obrita el joven Ganivet lamentaba la falta de “ideas
madres” que pudieran guiarle en el océano de la vida. Por entonces el krausismo
tomaba tintes positivistas, enfrentado al neotomismo intransigente. El autor
echaba en falta una filosofía clara y antropocéntrica.