José Ortega y Gasset (1883-1955) |
Autenticidad en comunicación
El pensamiento ético de Ortega se desarrolla en polémica con el utilitarismo positivista y el formalismo idealista. Para Ortega, la salud moral sólo puede venir de la exigencia de veracidad; el juicio moral sólo puede acreditarse como veraz y salvarse del riesgo de la obstinación dogmática si se mantiene abierto al otro y dispuesto a corregir la propia posición, antes de que cristalice como absoluta.
La exigencia de autenticidad y la voluntad de mantenerse en comunicación salvan a la conciencia del engaño y del dogmatismo. La intuición del valor moral es intersubjetiva porque exige la disposición a contar con el otro y el ponerse en su lugar. Sólo así puede probar la conciencia que no está movida por la "devoción a la norma" (formalismo kantiano) o el culto a su utilidad y eficacia (utilitarismo), sino por su interna convicción racional. La vida moral es "afán de comprensión", y por eso está unida radicalmente al impulso erótico y la descentración del yo. El mundo moral es, como el orbe físico, susceptible de exploración y enriquecimiento.