"Innumerables son los senderos de nuestras vidas pero pocos son aquellos por donde los démones conducen a los hombres" (Sobre el demon de Sócrates, 586A)
Plutarco de Queronea (46-120) es un ejemplo admirable de síntesis cultural grecorromana. Representante ilustre del platonismo religioso, ofrece una serena síntesis educadora con sus Vidas paralelas y con sus Obras morales y de costumbres (Moralia), a la vez que un vivo retrato de las principales inquietudes de la época helenística, con su dramática fusión de individualismo y universalismo, reflexión y melancolía.
En su diálogo Sobre el demon de Sócrates, arremete contra la vanidad y la superstición. Puede, -afirma uno de sus personajes, Galaxidoro- que para los políticos propagar la superstición no esté mal, pues "acostumbrados a vivir ante un público atrevido y sin disciplina, podrán así según su conveniencia persuadir o transformar a la gente con el freno de la superstición" (580A). Sin embargo, la superstición no conviene a la filosofía y es opuesta a sus pretensiones, porque la filosofía pretende enseñar mediante la razón lo bueno y lo útil en su totalidad.