“Cuentan los poetas que Prometeo,
después de haber creado al hombre con arcilla,
le trajo el fuego ayudado por Palas,
para que la creación exánime recibiera el soplo de la vida
y disfrutara plenamente de este hermoso don”.
Juan Pérez de Moya. Silva Eutrapelias, 1557.
Juan Pérez de Moya fue un genio de nuestro Renacimiento. Vivió entre 1513 y 1596. Nació en San Esteban del Puerto, Jaén -hoy Santisteban- y murió en Granada. Evolucionó desde el estricto positivismo de sus primeros libros hasta la moralidad más recalcitrante de su Philosofía secreta (1585), postrera de sus obras y primer tratado de mitología grecorromana escrito en español. En sus días fue reconocido sobre todo como extraordinario matemático.
Carlos Clavería le describe como un aristotélico pre-darwinista ya que en su Silva Eutrapelías de 1557 se atreve a afirmar que “el origen de los seres animados tuvo lugar o a partir de la unión entre el varón y la hembra o tan sólo de la alteración de los elementos”. Describe enseguida distintos grupos de animales y prosigue: “A partir de todos éstos nacieron más tarde algunos como el hombre…”.