“Investiga y ama”
Gabirol (Avicebrón)
Introducción
Los del
“pueblo elegido por Yavé” llegaron a la Península ibérica en el siglo IV,
discípulos de Rabbanín, descendientes de Jehudah el Santo y Gamaliel, maestro que
fue de san Pablo. Bajo
los Omeyas de Córdoba se había desarrollado en Al-Ándalus una cultura no
inferior a la de Bagdad. No obstante, ni los árabes ni el Islam fueron
aficionados a la filosofía, ciencia exótica para ellos y mirada con aversión
por "los buenos creyentes"; el teólogo y jurista persa Algazel propuso su
destrucción. A los
árabes correspondió sin embargo el importante papel de su transmisión, pues cuando se apoderaron de Siria, Caldea y Persia
aún se conservaba allí la sabiduría de los últimos alejandrinos y la sapiencia
de los herejes nestorianos. Sin embargo, la filosofía
o “falsafa” floreció en Al-Ándalus en el siglo XI tras la caída del califato en
los reinos de taifas. Dos intelectos brillaron entonces: el judío Shlomo ben
Yehudah Ibn Gabirol o Salomón Abengabirol, llamado por los cristianos Avicebrón
(1021-1070?), cuya Fuente de la vida enlaza con la obra de Ben
Masarra y con el talento del zaragozano Ibn Bayya, llamado también Avempace (1085-1138).