Icono vs. Idea
José Luis Pardo, en su ensayo La banalidad (finalista del XVI premio Anagrama, Barcelona, 1989), reconoce que el platonismo es una referencia obligada respecto a la crítica de la cultura de la imagen actual. Pero hace una interpretación muy original, "pragmática" en lugar de "metafísica" de la célebre alegoría de la caverna:
"La tradición occidental se ha inclinado en términos generales a interpretar la filosofía de Platón del siguiente modo: en primer lugar, la distinción entre la Verdad y la Imagen; después, la fundamentación del único camino (methodos) capaz de conducir desde la Imagen hasta la Verdad en forma de régimen comunicacional; la dialéctica; y, finalmente, la presuposición de los tres postulados básicos que hacen ese camino transitable: que la comunicación (si es dialéctica) se sustenta siempre sobre el ser acerca del que se habla, que esta forma de hablar implica una organización del poder político como Ilustración, y que tal Ilustración requiere la destrucción o descalificación del Mythos supersticioso y prerracional.
Para quienes profesan esta interpretación, no cabe duda de que la cultura de la imagen característica del siglo XX debe aparecer como la genuina Umkehrung [inversión] del platonismo soñada por Nietzsche. En efecto, desde tal punto de vista, la 'civilización audiovisual' supone el eclipse de la distinción entre imagen y verdad, posibilitando por unos 'medios de comunicación' que excluyen el diálogo, que carecen de apoyo en las profundidades o alturas ontológicas y que parecen distribuir una neomitología popular y superticiosa tras la cual el poder político escapa a toda posible legimitación racional-discursiva.