"Y las causas se dividen en cuatro, una de las cuales decimos que es la substancia [οὐσíα, ousía] y la esencia [tò tí ên eînai, quod quid erat esse] (pues el porqué se reduce al concepto [lógos] último, y el porqué primero es causa y principio); otra es la materia o el sujeto; la tercera, aquella de donde procede el principio del movimiento, y la cuarta, la que se opone a ésta, es decir, la causa final o el bien (pues éste es el fin de cualquier generación y movimiento)."
Aristóteles. Metafísica, I, 3., 983a
El término griego
οὐσíα, transcrito
ousía, es el resultado de la sustantivación del participio de presente femenino οὐσα del verbo εἰμί (infinitivo εἶναι, ser). Su significado genuino en griego antiguo es
propiedad o
riqueza de una persona. Un hombre rico era un hombre con
ousía, es decir, alguien que tiene algo
de suyo. Del sentido de
ser propio de alguien debió de pasarse al significado filosófico de
lo propiamente ser de cualquier cosa, o sea:
entidad.
En
República IX 585bd, Platón usa el término para referir a la cualidad esencial, como la blancura para las cosas blancas, en otros diálogos (v. Diccionario de Ferrater Mora) Platón usa el término
ousía con matices distintos, para referir al
quid de cada ente o idea. Sin embargo, el uso más famoso para
ousía es aquel en el que el fundador de la Academia ateniense afirma que
el bien está más allá de la ousía (ἐπéκεινα τῆς οὐσíας).