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lunes, 26 de abril de 2021

BUENISMO SOCRÁTICO

Atlas de Filosofía, Alianza Editorial, 2002. Varios autores, pg. 36.

EL BIEN ES LA SALUD DEL ALMA; EL MAL, SU PATOLOGÍA

PREGUNTA

Parece ser que Sócrates pensaba que todo vicio es el resultado de la ignorancia y que ninguna persona puede desear el mal. Por favor, ¿podría explicar los fundamentos racionales de esta creencia?

RESPONDO

Esa creencia supone una antropología optimista y una concepción "sanitaria" de la acción buena. 

viernes, 28 de agosto de 2020

HEDONISMO O ASCETISMO


CONTENCIÓN SOCRÁTICA O DISFRUTE IDIOTISTA

Aunque se incluye a Aristipo de Cirene (435-350) entre los socráticos, el cirenaico hizo capa hedonista de la austera túnica de Sócrates, proclamando los deleites de la vida como su mejor fin, o sea, el placer como bien supremo. Eso sí, como Aristipo era listo además de vividor y había bebido del racionalismo de Sócrates, buscaba la felicidad en la vida cómoda muy racionalmente, o sea usaba la razón para satisfacer sus pasiones (Hume no le atribuía otra función a la razón, sino esa misma, un papel instrumental. La razón no impone fines, lo hace la pasión, sino que es el más sofisticado de nuestros recursos para satisfacer nuestros deseos).

lunes, 8 de junio de 2020

NATURALEZA Y VIRTUD


Quot homines, tot sententiae: Fortuna


Naturaleza y Virtud en la Nueva Filosofía de Oliva Sabuco

La Nueva Filosofía de la Naturaleza del Hombre… (1587) se publicó dedicada a Felipe II con estas palabras: Tempore Regis sapientis virtus, non coeca fortuna dominatur. O sea, en el tiempo de un rey sabio no triunfa la ciega fortuna, sino la virtud.

La Ciega Fortuna, la Moira, el Ananké (Necesidad), el Hado, el Fatum, la Providencia, el Sino o el Destino son nombres que nuestra tradición cultural ha dado al orden causal, sagrado o no, pagano o cristiano, que sacude la existencia del humano sin que podamos evitarlo. Nadie escapa a su destino si éste está escrito allá arriba, en el orden de los astros o en el designio de un Dios que lo ve todo, lo puede todo, lo decide todo.

jueves, 16 de abril de 2020

DISCRECIÓN E IMPASIBILIDAD. ESTILPÓN DE MEGARA

Estilpón de Mégara - Wikipedia, la enciclopedia libre
Estilpón o Stilphon o Stilfón de Megara, filósofo, discípulo de Euclides

LA DISCRECIÓN DEL GOBERNANTE

 En las instrucciones para bien gobernar Córdoba, que le da el humanista murciano Francisco Cascales (Murcia 1563-1642)  al recién nombrado alcalde, Pedro Ferrer, allá por 1626, después de hacer el elogio de “la más noble ciudad de España”, colonia patricia y patria de Marcial, de los dos Sénecas y de Lucano, y tras anunciarle que “el gran cargo es también gran carga”, el erudito murciano recomienda las virtudes que deben honrar a cualquier autoridad, entre ellas, la igualdad de trato ante la ley de poderosos y humildes.

viernes, 27 de marzo de 2020

DIÓGENES DE SÍNOPE

Diógenes y la pareja de La Navata en sus toneles | Serralaitz | El ...

El valor de lo necesario

¡Pobre Diógenes! Le pusieron su nombre al síndrome de un trastorno mental que nada tiene que ver con su menesterosa y sobria condición. Diógenes el de Sínope (404-323) -no el de Laertes (180-240), que vivió muchos siglos después-, no quería más cosas, quería menos cosas, era un anti-consumista. Como jipi o “perro-flauta” de la época en que Alejandro el Grande dominaba el mundo, llevaba en su mochililla un vaso de madera para beber. Una vez vio a un niño beber agua valiéndose sólo del cuenco de su mano y aceptó la gran lección que le daba el niño, así que tiró el vaso. Tenía por principio ético conformarse con lo necesario, con lo imprescindible.

Por eso, cuando el gran Alejandro le vio durmiendo en un tonel y vestido con harapos, ¡a todo un filósofo como era Diógenes, un ingenio grande apreciado por sus ocurrencias!..., Alejandro, que estimaba la ciencia, le ofreció lo que le pidiera. Diógenes le miró de hito en hito pensándolo, y luego le dijo al emperador macedonio que se apartara, que le quitaba el sol. La anécdota es muy conocida, pero no así su final. El séquito de Alejandro se rio de lo que consideraban una locura o una necedad por parte de Diógenes, y Alejandro, que había sido educado por Aristóteles, les mandó a todos callar: “¡Callad!, pues si yo no fuese Alejandro, ¡me gustaría ser Diógenes!”.

Valoramos el sol, el paseo por el campo, la salud y el agua, sólo cuando nos faltan, y amamos hasta la idolatría todos esos cachivaches y máquinas con los que entorpecemos el espacio de las casas, ensuciamos la atmósfera y los océanos, y de los que nos hacemos dependientes. Esas cosas innecesarias limitan nuestra libertad. Diógenes, es verdad, tenía algo de Sócrates exagerado; “un Sócrates enloquecido”, le llamó Platón. Sócrates, maestro de Antístenes (446-366), fundador de la Escuela cínica que a su vez fue mentor de Diógenes, también se felicitaba en el mercado viendo las muchas cosas que no necesitaba, pero el de Sínope exageró la autarquía y la autonomía como valores éticos, o sea la autosuficiencia y la libertad, presumiendo de no necesitar casi nada de casi nadie y haciendo gala de una lengua satírica, a veces viperina, a pesar de lo cual, los griegos acabaron respetándolo. 

Columnas de Hércules
Representación Hércules y sus columnas, patrón de los cínicos

La filosofía como actitud anticonvencional

Antístenes, que había sido discípulo del sofista Gorgias, se opuso al idealismo teórico de la Academia de Platón. Diógenes paseaba con un farol para burlarse de Platón diciendo que estaba buscando al "hombre de Platón", o sea, su idea o paradigma. También dicen que desplumó un gallo y lo echo por encima de los muros de la Academia, pues Platón había definido al hombre, por su género y diferencia específica, como "bípedo implume". 

Discípulo de Sócrates y maestro de Diógenes, Antístenes reprochaba a Platón también su servilismo. Como otros "socráticos menores", pensaba que Platón había traicionado a Sócrates. Se dice que escribió contra el divino ateniense un diálogo bastante grosero: el Sathon. El doxógrafo Laercio nos conservó la siguiente conversación en que se critica la relación de Platón con el tirano Dionisio de Siracusa:

- Si fueras amigo de Dionisio, no tendrías que lavar lechugas -decía Platón a Diógenes. 
- Por tu parte, si lavaras lechugas, no hubieses necesitado cultivar la amistad de Dionisio -repuso el cínico.

Los cínicos despreciaban igual la tiranía que la demagogia, considerando al demagogo "esclavo del pueblo". Proponían una vuelta a la naturaleza, despreciaban los placeres sofisticados y echaban la culpa a la civilización de todos los males, pues vuelve al hombre cada vez más dependiente de lo externo y, por tanto, menos dueño de sí mismo, menos autarca.

El mismo Platón tampoco respondió siempre con cortesía a los cínicos. Los seguidores de Antístenes redujeron las enseñanzas orales de Sócrates a pura filosofía práctica: un modo de vida o una actitud vital anticonvencional. No obstante, aunque despreciaban las convenciones sociales, los cínicos no despreciaron del todo la educación, el mismo Diógenes se ganó la vida como pedagogo. Para Diógenes la educación era sensatez para los jóvenes, consuelo para los viejos, riqueza para los pobres y adorno para los ricos. 

¿VUELTA A LA NATURALEZA?
Cuando las culturas llegan a cierto grado de sofisticación, las filosofías de su crepúsculo despliegan en su crítica a la sociedad la nostalgia de la naturaleza perdida, el sueño de un Paraíso de las bestias. Pero las bestias van a lo suyo. La naturaleza -como dice Plinio el Viejo- es para el hombre madrastra. Su "jardín" genuino, un pudridero.
Diógenes se apañaba para beber con sus manos y también solo con su sexo, hasta en público, cosa que naturalmente escandalizó e indignó a muchos. Cuando se lo reprocharon, dijo que ojalá pudiera quitarse el hambre frotándose el estómago. ¡Diógenes se convirtió en todo personaje! Y por su modo de vida no es de extrañar que le acabaran motejando “ho kinikós”, es decir, “el perro”. Se lo dijeron como insulto, pero él se lo tomó a bien, solidario con su dimensión animal y con el instinto de los pobres chuchos callejeros. De ahí viene el nombre de "cínicos" aplicada a su secta filosófica. 

La estela del cinismo antiguo

El cinismo antiguo fundado por Antístenes no tiene nada que ver con lo que hoy llamamos “cinismo”. Hoy llamamos “cínico” al que predica una cosa y hace otra, porque predicar no es dar trigo. Pero si hay un ejemplo de coherencia e integridad en las llamadas "morales socráticas" es el que dieron los cínicos con su idiotismo político, pues lo mismo despreciaron la riqueza que el poder público, y, sobre todo, con su celebración de la virtud austera, que consideraban suficiente para obtener contento: una excelencia fiel al instinto natural, obediente a los dictados de la naturaleza, cosmopolita y alejada de placeres artificiales y lujos inútiles.

Hércules fue el santo de los cínicos, el semidiós que solo y vestido con una piel de león doblegaba a monstruos y reyes. Antístenes explicó alegóricamente los doce trabajos del héroe como un triunfo de la voluntad humana en la acción, eso en que consiste para los cínicos la virtud. Había mucho de vanidad y soberbia hercúlea en la actitud de los cínicos. De hecho se hicieron famosos provocando, escandalizando a las personas de orden. 

A pesar de ello, también dejaron huella en nuestra mejor cultura, en el estoicismo, por ejemplo, y no sólo con su anecdotario, sino también con su literatura. Durante los primeros años del cristianismo estuvo muy activo el cinismo. Conocemos por Séneca y Tácito a Demetrio, que vivió en Roma durante el reinado de Calígula y Vespasiano, este último emperador le desterró a causa de sus ideas antimonárquicas. Demonacte de Chipre, discípulo de Demetrio, dio una orientación humanitaria al cinismo, ya presente en Crates e Hiparquia. Impidió, por ejemplo que se introdujeran las peleas de gladiadores en Atenas. En realidad, un cínico antiguo se parecía mucho a un fraile mendicante de nuestra Edad Media cristiana.

Más desmesurada fue la orientación de Peregrino Proteo, hombre piadoso que llevó una vida sencilla, pero que se quemó vivo en Olimpia en el 165 d. C. Enomao de Gádara se burló de la mántica y escribió El desennascarameitno de los adivinos. Todavía el emperador Juliano el Apóstata tuvo relación con el cinismo.

Luciano de Samosata (125-195) escribió unos extraordinarios diálogos de tendencia cínica. En su época, los cínicos se sirven de dos nuevas formas para exponer sus ideas: la sátira, nacida de la parodia, mezcla de seriedad y burla, a veces con el tono del humor afable, a veces el del chiste hiriente; y la diatriba, que ocupa un lugar intermedio entre el tratado y el diálogo, y que influirá en la homilía cristiana. Con alguno de sus relatos Luciano anticipó el género tan popular hoy de la “ciencia ficción” o literatura fantástica. 

Alejandro Magno, guerrero ilustrado y curioso, se entrevistó con Diógenes. Sucedió en Corinto, porque Diógenes había sido apresado por unos piratas y vendido como esclavo en un mercado de Cretaa un ciudadano de Corinto. Al pregonero que lo vendía, al preguntarle qué sabía hacer, le contestó: “Gobernar hombres”. Un corintio llamado Jeníades compró a Diógenes y lo puso como preceptor de sus hijos. Quedaron tan contentos que lo nombraron genio tutelar de la casa. Vivió mucho y se dice que murió el mismo día que Alejandro. Los hijos de Jeníades le dieron sepultura, a pesar de que Diógenes había prohibido que se le enterrase. Sus amigos le dijeron: “Entonces, ¿hemos de dejarte expuesto a los cuervos y a las fieras?”. “De ningún modo –respondió el filósofo-, poned cerca de mí un bastón para que los ahuyente”. “¿Y cómo vas a poder ahuyentarlos si no tendrás sentido?”. A lo que el sabio contestó: “Y si no tengo sentido, ¡qué me importa ser devorado por las fieras!”, eso cuenta Cicerón y lo recoge Javier Murcia en su jugoso libro De banquetes y batallas (2007).

A pesar de su prohibición de que le dieran sepultura, sobre su tumba alzaron una columna y sobre ella un perro esculpido en mármol de Paros.

Cráneo de perro

Nota

Sobre la pareja de cínicos Crates de Tebas e Hiparquia de Maronea y su modo de vida, véase: http://mujeresparalahistoria.blogspot.com/search/label/Hiparqu%C3%ADa

Bibliogafía

Feliu, Salvador. Socráticos menores (cínicos, cirenaicos y megáricos), Universidad de Valencia, 1977.
Luciano de Samosata. Diálogos de Tendencia Cínica, Editora nacional, ed. de Francisco García Yagüe, Madrid 1976.

jueves, 11 de junio de 2015

APOLOGÍA DE SÓCRATES



De esta obra primeriza de Platón, Apología de Sócrates, Popper decía que era el texto de filosofía más importante que se había publicado nunca. No es un diálogo, aunque se suela editar bajo este epígrafe, pues Platón nos cuenta en la Apología (defensa) el comportamiento de Sócrates, su maestro, ante quienes le juzgaron. Platón fue testigo presencial de lo que cuenta, así que podemos pensar que fue bastante fiel a lo que sucedió históricamente. La imputación era por impiedad (asebeia) y corrupción de menores. Un delito religioso penado con la muerte, pues le acusaban de introducir en Atenas divinidades nuevas...

La fe religiosa en Atenas, tras la ilustración y la sofística, no era lo que había sido. Por eso es muy probable que se usase el delito de "impiedad" como pretexto y que la democracia buscase en Sócrates una "cabeza de turco" contra el partido oligárquico, pues muchos de sus discípulos pertenecían a dicho partido, y algunos estuvieron complicados en los crímenes de la tiranía de los treinta, impuesta en Atenas por Esparta tras su victoria definitiva en la guerra del Peloponeso (404 a. C). Sócrates no era un aristócrata (eupátrida), sino un hijo de comadrona y picapedrero y nos consta que no quiso complicarse en las purgas y represiones emprendidas por "Los Treinta". Restaurada la democracia, le echaron mano mediante una acusación formalizada por tres sicarios: Ánito, Meleto y Licón.

domingo, 1 de marzo de 2015

ERÓTICA MATRIMONIAL (Plutarco)

Mestrio Plutarco (Πλούταρχος) de Queronea (Beocia)

Puede que Plutarco de Queronea (h. 46-120) fuese amigo del emperador Trajano, o tal vez su consejero. En la Academia de Atenas recibió clases de Amonio, un peripatético egipcio que lo inicia en todas las grandes escuelas filosóficas. 

Plutarco no es un filósofo original ni crea un nuevo sistema. Con una orientación principalmente platónica, un tanto ecléctica, polemiza con estoicos y epicúreos. Sin embargo, su obra, clásica y admirable por su elegante estilo, es considerada una maravillosa síntesis de los mejores saberes de su época.

Sus textos más leídos son las biografías contenidas en Vidas paralelas, donde pone frente a frente la biografía de un personaje ilustre griego con la de otro romano; y sus Obras morales (Moralia), que contienen tratados, diálogos y recomendaciones sobre diversos asuntos prácticos. Plutarco fue un gran teórico de la educación (paideía) y un sensato pedagogo que señala la moderación como fin primordial de toda enseñanza (paídeusis).

viernes, 14 de noviembre de 2014

A la ocasión la pintan calva


“Esopi Appologi ...”, incunable impreso en Basilea en 1501

LAS CIRCUNSTANCIAS MANDAN

“Están verdes” fue lo que dijo la zorra, alejándose de las uvas que no podía alcanzar, con gran dignidad, eso si, pero medio muerta de hambre. 

El psicoanálisis ha usado la fábula como ejemplo de un mecanismo de defensa de la psique llamado racionalización. Cuando no somos capaces de conseguir un logro, podemos evitar la frustración rebajando o negando su valor... "¡están verdes!". Es un autoengaño para no reconocer una derrota. Nos instalamos en la mentira para no perder autoestima.

En la vieja fábula de Esopo, la moraleja dice: "así algunos hombres, no pudiendo alcanzar sus metas a causa de su debilidad (astenia) culpan a las circunstancias (τοὺς καιροùς)"[1].


EL OCASIONALISMO ÉTICO DE GORGIAS

La palabra griega kairós, nominativo de la que hemos traducido por "circunstancias" puede también traducirse por ocasión favorable, coyuntura oportuna, pero aquí tiene un sentido más general, que explotará en su reflexión sobre la conducta humana, o sea, sobre la moral, el gran sofista Gorgias de Leontini.

sábado, 20 de julio de 2013

Testeando

Interesante recurso disponible en la Red para jugar y comprobar al mismo tiempo nuestros conocimientos de Historia de la Filosofía:

http://www.testeando.es/asignatura.asp?idC=12&idA=9

Advierto que algunas soluciones propuestas por el creador o creadores de los juegos son discutibles; otras merecerían una matización. Por ejemplo cuando se afirma taxativamente que para Platón las virtudes son un don divino. Sí y no. Es verdad que en el diálogo Fedro el ateniense afirma que ciertas formas de inspiración (poética, profética, erótica...) o de "entusiasmo" (palabra de origen griego que significó en su origen el estar poseído por la divinidad) son concedidas por los dioses como una gracia, gratuitamente, pero toda la labor ética y pedagógica de Sócrates carecería de sentido, y la de su discípulo ateniense, si Platón no supusiera que podemos hacernos mejores a través de la educación, del estudio y de la dialéctica.

El fin último de toda la dialéctica platónica, y de la Academia donde se enseña este arte, es la construcción de una ciudad perfecta, esto es, la educación de políticos que gobiernen con justicia, lo que para Platón significa la formación de élites filosóficas que tengan al menos un vislumbre de lo que es justo en sí. Todo este trabajo carecería de sentido si la virtud de la justicia (dikaiosyne) sólo fuese una gracia que los dioses conceden arbitrariamente.

sábado, 23 de marzo de 2013

El emperador filósofo


El emperador estoico Marco Aurelio

Situémonos. Al brillante siglo de Augusto (27 a.C. 14 d.C.) siguen las revoluciones de palacio y los asesinatos que imponen una atmósfera de terror. Séneca (4-65), filósofo de la Nueva Estoa o del Estoicismo tardío (según se mire), es acusado de conspiración. Nerón, que había sido su pupilo, manda su sacrificio y el filósofo se desangra junto a una estufa.

En el año 93, Domiciano, que persiguió con saña a los cristianos, también hizo que el Senado resolviera la expulsión de los filósofos y los matemáticos, por considerarlos subversivos. Los intelectuales que no adulan al poder son molestados o exiliados, cuando el ejercicio del poder se vuelve depravado y arbitrario.