“Esopi Appologi ...”, incunable impreso en Basilea en 1501 |
LAS CIRCUNSTANCIAS MANDAN
“Están
verdes” fue lo que dijo la zorra, alejándose de las uvas que no podía alcanzar,
con gran dignidad, eso si, pero medio muerta de hambre.
El psicoanálisis ha usado la
fábula como ejemplo de un mecanismo de defensa de la psique llamado racionalización. Cuando no somos capaces de conseguir un
logro, podemos evitar la frustración rebajando o negando su valor... "¡están verdes!". Es un autoengaño para no reconocer una derrota. Nos instalamos en la mentira para no perder autoestima.
En la vieja
fábula de Esopo, la moraleja dice: "así algunos
hombres, no pudiendo alcanzar sus metas a causa de su debilidad (astenia) culpan a las
circunstancias (τοὺς καιροùς)"[1].
EL OCASIONALISMO ÉTICO DE GORGIAS
La palabra
griega kairós, nominativo de la que hemos traducido por "circunstancias" puede también traducirse
por ocasión favorable, coyuntura oportuna, pero aquí tiene un sentido más general,
que explotará en su reflexión sobre la conducta humana, o sea, sobre la moral,
el gran sofista Gorgias de Leontini.
Los sofistas
fueron responsables, junto con Sócrates (si es que éste no fue un sofista más,
aun idealizado por su ilustre discípulo), de bajar la filosofía de los cielos
a la tierra, para darle cancha en al ágora de las ciudades. La racionalización elaborada sobre la naturaleza (phýsis), pasa a ser un ejercicio de reflexión racional sobre el marco social, sus leyes y convenciones (nómos). No hay que despreciar a los sofistas, a través del inglés tenemos el adjetivo "sofisticado", que tiene un significado positivo de algo elaborado y elevado. El mismo Platón respetaba a los grandes. Fueron los pioneros de las
ciencias humanas, de las ciencias del lenguaje, la crítica artística, la filosofía de la religión y la reflexión política.
La posición
ética de Gorgias fue muy distinta de la de su colega Protágoras. Ambos, desde
luego, afirmaron el relativismo moral. Pero para Protágoras cada grupo
social establece reglas según sus conveniencias, según la interpretación más plausible de la célebre tesis del homo-mensura. Por tanto, la moral
puede ser enseñada y aprendida.
Sin embargo, para Gorgias, la moral es puramente
circunstancial, un producto del kairós.
Por eso, ni
siquiera dentro de un grupo social es posible fijar reglas fijas. Así, por
ejemplo, no estará mal visto que un adulto beba una copa de más en una noche
vieja o en una boda, pero sí que lo haga un niño de cinco años. Bañarse en pelotas en
una playa nudista está tolerado, pero hacerlo en una fuente pública, en hora punta, no está bien visto por mucho calor que haga. Cada agente tiene que percibir lo que es oportuno, según la
ocasión (kairós) concreta y determinada en que actúa, según la oportunidad(*), esa que pintan calva.
A esta
posición ética de Gorgias la podemos llamarla ocasionalismo o contingentismo moral. La defiende
Menón, un joven tesalio discípulo de Gorgias, en un diálogo platónico que lleva
su nombre.
Si la
conducta virtuosa sólo puede establecerse en función de las múltiples
circunstancias de cada caso concreto, entonces no puede ser enseñada, pues el
número de casos o contingencias en que habremos de actuar es infinito.
La postura de
Gorgias en orden a la ética puede sintetizarse:
1. La ética
no es una ciencia, sino un don de la naturaleza. El sentido moral permite a
quienes lo tienen, en cada caso concreto, distinguir lo conveniente de lo
inconveniente, lo correcto de lo incorrecto, es decir, lo moral de lo inmoral.
2. Por tanto,
la ética no puede formularse en leyes generales. Se trata, pues de una moral de
la ocasión (kairós), de la oportunidad o de la situación.
3. Como
consecuencia de lo anterior, resulta imposible pretender enseñar la virtud,
pues sólo se puede enseñar lo que es ciencia, técnica o arte, es decir, aquellos
conocimientos susceptibles de ser compendiados en fórmulas generales.
En su
Epitafios lógos, Gorgias escribe:
“la más divina y universal de las leyes es la siguiente: hablar y callar, hacer y no hacer lo debido en el instante debido”
Las virtudes
que allí exalta el gran maestro de Retórica son la fuerza y la prudencia,
ensalzando a los héroes atenienses que dulcificaron con la sensatez de la
prudencia la insensatez de la fuerza.
LO BUENO SEGÚN EL TIEMPO: LA OCASIÓN
En su trabajo
sobre Aristóteles[2], Pierre
Aubenque traduce kairós por “tiempo favorable”. En los tiempos del Estagirita,
ya se sabía que la discusión (dialéctica) tenía su propio ritmo secreto. Se había convertido
en un tópico que el orador o el filósofo tenían que saber agarrar la ocasión,
el momento propicio (kairós) para hacer llegar a la audiencia su mensaje o conseguir persuadirla. Aunque Gorgias parece ser el primero en usar el término 'kairós' en este sentido, también lo habían usado Isócrates el sofista (no confundir con Sócrates)
y Alcidamas.
Contra
Platón, su maestro Aristóteles afirmará que no hay una Idea del Bien, y por
tanto, no habrá ciencia, por elevada que sea, que pueda proponerse el Soberano Bien
como objeto, pues el Bien escapa a toda definición común.
“Pues el bien se dice en varios sentidos, y en tantos sentidos como el ser” (Ética a Eudemo, I, 8, 1217 b).
Para el fundador del Liceo, una de las formas de decir el ser es según el tiempo. El bien según el tiempo
es, precisamente, la ocasión (kairós). Ni siquiera esta ocasión compete a una ciencia única,
porque no será lo mismo la ocasión para alimentarse adecuadamente que estudiará el técnico en alimentación, que la
determinación de la ocasión en las acciones guerreras, que estudiará el estratega.
No hay definición común
de la ocasión, sino que ésta siempre se presenta según la modalidad del evento
y de lo singular de la circunstancia de cada conducta, por lo mismo que la ración
alimenticia de una embarazada no puede ser la misma que la de un atleta o un
anciano (cfr. Ética a Nicómaco II, 2, 1104). Ni es la misma la responsabilidad que uno tiene si manda o es mandado.
En cualquier caso, si no logramos nuestros fines ni conseguimos nuestras metas, siempre nos queda el recurso astuto de echarle la culpa a la falta de oportunidades o a las circunstancias adversas. "¡Están verdes!".
(*) La palabra "oportunidad" tiene un origen náutico, etimológicamente significa la facilidad para encontrar puerto.
Temas de investigación y disertación
1. Por qué cree usted que pintan a la oportunidad, o a la ocasión, calva.
2. ¿Podemos elegir las circunstancias o ellas nos eligen a nosotros?
3. Comente la célebre frase de Ortega: "Yo soy yo y mis circunstancias".
4. Contraste la doctrina del filósofo español con la de Gorgias o Aristóteles.
4. Contraste la doctrina del filósofo español con la de Gorgias o Aristóteles.
5. Comente el tuit: "yo soy yo y mis redes sociales". ¿Qué gracia tiene?
6. ¿Será verdad eso que dice la gente de que el tren de la felicidad sólo pasa una vez? ¿Qué relación guarda esto con el problema de saber aprovechar la oportunidad?
7. ¿Cree usted que perdió muchas oportunidades en su vida?, ¿qué razones o motivos tuvo para ello?, ¿estuvieron verdes?
7. ¿Cree usted que perdió muchas oportunidades en su vida?, ¿qué razones o motivos tuvo para ello?, ¿estuvieron verdes?
Otras fuentes consultadas, además de la anotadas
Protágoras y Gorgias. Fragmentos y testimonios. Trad. José Barrio Gutiérrez, Orbis, 1984.
No hay comentarios:
Publicar un comentario