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sábado, 19 de mayo de 2018

KANT Y EL PROBLEMA DEL ARTE

El problema estético

 Por Filosofía se pueden entender muchas maneras de habérselas con la realidad. También se puede comprender la filosofía como una perspectiva específica o individual, personalísima. Cualquier asunto, relación, acción... consienten una atención específicamente filosófica, racional, existencial, universalista, holística, metafísica... Quizá una de las funciones más relevantes de la filosofía sea reflexionar sobre los productos de la cultura humana: la ciencia, la moral, la religión o el arte.

Los hombres producen una esfera especialísima de enseres que no expresan verdades ni normas de acción, que no son conocimiento ni moralidad (costumbres), sino objetos de un puro y peculiarísimo deleite, llamado placer estético o artístico. La Filosofía es tan relevante por sus respuestas y sistemas históricos como por sus preguntas, las cuales progresan en su complejidad a la luz del saber probado.

sábado, 16 de marzo de 2013

Kant y los goznes del tiempo

Gilles Deleuze

Las condiciones a priori del mundo

En unas lecciones que impartió sobre Kant (Vincennes, primavera de 1978), Gilles Deleuze describe la filosofía del prusiano como sofocante y excesiva… Pero cuando uno la resiste y le toma el ritmo, toda esa bruma nórdica se disipa y queda una asombrosa arquitectura. Un filósofo no es menos creador que un pintor o un músico, y para el francés, la máquina de conceptos inventada por Kant es pavorosa y gira alrededor de un cierto problema del tiempo. Kant abre una nueva conciencia del tiempo en oposición a una conciencia clásica o una conciencia antigua del tiempo.

Como se sabe, a priori, para Kant, significa independiente de la experiencia. Pero decir que algo es independiente de la experiencia no impide que puede ser algo que se aplique a la experiencia y sólo a ella. Este es el “misterio” de los juicios sintéticos a priori, esos monstruos surgidos del averno de la lógica transcendental kantiana. Al contrario que los juicios empíricos a posteriori, los sintéticos a priori son universales y necesarios, independientes de la experiencia, pero aplicables, extensibles, a cualquiera de las experiencias posibles, de ahí su valor científico, cognitivo.

Pasa lo mismo con las categorías, son coextensivas a la totalidad de la experiencia posible. Así por ejemplo sucede con el predicado “ser causa” (importante categoría de relación). “Tener una causa" es un predicado universal que se aplica a todos los objetos de la experiencia posible, al punto que el pensamiento tiene necesidad de él para explicar cualquier evento. Los predicados –o pseudopredicados- que se atribuyen a la idea de un todo de la experiencia posible son precisamente los que Kant llama categorías, esos doce apóstoles del pensamiento puro, seis estáticos y seis dinámicos.