Mostrando entradas con la etiqueta trascendentales. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta trascendentales. Mostrar todas las entradas

miércoles, 3 de febrero de 2016

PROPIEDADES DEL ENTE (Trascendentales)


Atributos del ente

El participio agente "trascendente" se usó antes que el adjetivo "trascendental" para referir a las propiedades del ente (de cualquier cosa existente). Tomás de Aquino usa la expresión transcendentium ordo, el orden de los conceptos trascendentes. Fue hacia el siglo XIV cuando empezó a usarse “trascendentales” y “transcendentalia” para referir a las propiedades del ente.

La idea había aparecido en la Metafísica de Aristóteles (IV, 2, 1004b), donde se puede leer que igual que el número posee atributos o afecciones propias como el de ser par o impar:

“El Ente en cuanto ente tiene ciertas afecciones propias, y éstas son aquellas acerca de las cuales es propio del filósofo investigar la verdad.”[1] τῷ ὄντι ᾕ ὂν ἔστι τινὰ ἴδια, καὶ ταῦτ' ἐστι περὶ ὧν τοῦ φιλοσόφου ἐπισκέψασθαι τὸ ἀληθές (1004b 15-17)

martes, 10 de noviembre de 2009

LA IDEA DE BIEN

En esta primera entrega que os hago llegar, voy a aproximarme a cuál debería ser la definición de la IDEA DE BIEN. La cuestión de las definiciones en filosofía es, desde mi punto de vista, central para desgranar el comentario de texto porque, a partir de los términos, podemos encontrar qué ideas, qué teorías están representadas en el texto en cuestión. No seáis, por lo tanto, rácanos en este apartado (el de definir), pero tened presente que sólo debéis apuntar la teoría para después desarrollarla en la Justificación filosófica.

En el primer párrafo de La República de la selección de textos que hemos (habéis) de comentar, nos introduce Platón la Idea de BIEN. Con ella, Platón, quiere mostrar a cualquiera que esté interesado en el conocimiento verdadero que es posible alcanzarlo si fijamos nuestro interés en esta Idea.

La Idea del Bien es lo máximamente real y, por ello, causa de lo verdadero. Si algo es máximamente real no puede por menos que imponerse al intelecto humano, que desea, anhela, encontrar la verdad para andar firme en el Cosmos, como el objeto de nuestro conocer. Por ello causa la verdad, porque nos ilumina en ese camino de búsqueda.
Como vemos, la Idea de Bien es principio ontológico y principio epistemológico y sus características serían las de cualquier Idea (recordemos que poseen las mismas características que el Ser de Parménides –incluida la rectificación de Meliso de Samos-), sólo que la Idea de Bien las tendría en grado sumo porque es definida como el Dios del Mundo inteligible. Este carácter especial es el que la encumbra hasta la cúspide del Mundo Inteligible y lo que lleva a Platón a establecer una jerarquía, un orden, dentro de este otro mundo trascendente. Las metáforas que utiliza en La República para referirse a la Idea de Bien es “el sol del mundo inteligible”, para ilustrar cómo es causa “vital” (causa ontológica) y cómo es causa de que podamos “ver” lo realmente real (causa epistemológica). Pero además, se presenta como causa de la bondad de las acciones privadas (causa ética) y de las públicas (causa política). De este modo, vemos cómo, efectivamente, la idea de Bien es la “piedra filosofal” sobre la que Platón es capaz de organizar todo un sistema de pensamiento que va a tener como meta principal la construcción de un Estado Ideal que toma como principio rector la Justicia.