domingo, 19 de enero de 2014

Tomás de Aquino. SUMA TEOLÓGICA (I-II, C. 94, a. 2)


 "La ley natural, ¿comprende muchos preceptos o uno solamente?

Objeciones por las que parece que la ley natural[1] no comprende muchos preceptos, sino solamente uno.

1. Como ya vimos, la ley pertenece al género del precepto. Luego si hubiera muchos preceptos en la ley natural se seguiría que también serían muchas las leyes naturales.

2. La ley natural es algo consiguiente[2] a la naturaleza humana. Mas la naturaleza humana, aunque es una[3] considerada como un todo, es múltiple en sus partes. Por eso, la ley natural, o bien consta de un solo precepto por la unidad de la naturaleza humana como un todo, o bien consta de muchos por la multiplicidad de la naturaleza humana en sus partes. Pero en este caso también las inclinaciones de la parte concupiscible deberían pertenecer a la ley natural.

3. La ley, como ya vimos es cosa de la razón. Pero la razón en el hombre es una sola[4]. Luego la ley natural sólo tiene un precepto.

En cambio consta que los preceptos de la ley natural son en el orden práctico lo que son los primeros principios en el orden de la demostración. Pero estos primeros principios son muchos. Luego también son múltiples los preceptos de la ley natural.

SoluciónHay que decir: Como ya dijimos, los principios de la ley natural son en el orden práctico lo que los primeros principios de la demostración en el orden especulativo, pues unos y otros son evidentes por sí mismos[5].

Ahora bien, esta evidencia puede entenderse en dos sentidos: en absoluto y en relación a nosotros. De manera absoluta es evidente por sí misma cualquier proposición cuyo predicado pertenece a la esencia del sujeto; pero tal proposición puede no ser evidente para alguno, porque ignora la definición de su sujeto.

Así, por ejemplo, la enunciación «el hombre es racional»[6] es evidente por naturaleza, porque el que dice hombre dice racional; sin embargo, no es evidente para quien desconoce lo que es el hombre.

De aquí que, según expone Boecio[7] en su obra De hebdomadibus, hay axiomas o proposiciones que son evidentes por sí mismas para todos; y tales son aquellas cuyos términos son de todos conocidos, como «el todo es mayor que la parte»[8] o «dos cosas iguales a una tercera son iguales entre sí». Y hay proposiciones que son evidentes por sí mismas sólo para los sabios, que entienden la significación de sus términos. Por ejemplo, para el que sabe que el ángel[9] no es corpóreo y entiende lo que esto significa, resulta evidente que el ángel no esta circunscrito a un lugar; mas no así para el indocto, que desconoce el sentido estricto de estos términos.

Ahora bien, entre las cosas que son conocidas de todos hay un cierto orden. Porque lo primero que alcanza nuestra aprehensión es el ente, cuya noción va incluida en todo lo que el hombre aprehende[10]. Por eso, el primer principio indemostrable es que «no se puede afirmar y negar a la vez una misma cosa», principio que se funda en las nociones de ente y no-ente[11].y sobre el cual se asientan todos los demás principios, según se dice en IV Metaphysica[12]. Mas así como el ente es la noción absolutamente primera del conocimiento, así el bien es lo primero que se alcanza por la aprehensión de la razón práctica, ordenada a la operación; porque todo agente obra por un fin, y el fin tiene razón de bien. De ahí que el primer principio de la razón práctica[13] es el que se funda sobre la noción de bien, y se formula así: «el bien es lo que todos apetecen». En consecuencia, el primer precepto de la ley es éste: «El bien ha de hacerse y buscarse; el mal ha de evitarse ». Y sobre éste se fundan todos los demás preceptos de la ley natural, de suerte que cuanto se ha de hacer o evitar caerá bajo los preceptos de esta ley en la medida en que la razón práctica lo capte naturalmente como bien humano.

Por otra parte, como el bien tiene razón de fin, y el mal, de lo contrario, síguese que todo aquello a lo que el hombre se siente naturalmente inclinado lo aprehende la razón como bueno y, por ende, como algo que debe ser procurado, mientras que su contrario lo aprehende como mal y como vitando[14]. De aquí que el orden de los preceptos de la ley natural sea correlativo al orden de las inclinaciones naturales. Y así encontramos, ante todo, en el hombre una inclinación que le es común con todas las sustancias, consistente en que toda sustancia tiende por naturaleza a conservar su propio ser. Y de acuerdo con esta inclinación pertenece a la ley natural todo aquello que ayuda a la conservación de la vida humana e impide su destrucción. En segundo lugar, encontramos en el hombre una inclinación hacia bienes más determinados, según la naturaleza que tiene en común con los demás animales. Y a tenor de esta inclinación se consideran de ley natural las cosas que la naturaleza ha enseñado a todos los animales, tales como la conjunción de los sexos[15], la educación de los hijos y otras cosas semejantes. En tercer lugar, hay en el hombre una inclinación al bien correspondiente a la naturaleza racional, que es la suya propia, como es, por ejemplo, la inclinación natural a buscar la verdad acerca de Dios y a vivir en sociedad. Y, según esto, pertenece a la ley natural todo lo que atañe a esta inclinación, como evitar la ignorancia, respetar a los conciudadanos y todo lo demás relacionado con esto.

Respuesta a las objeciones: 1. A la primera hay que decir: Todos estos preceptos de la ley natural constituyen una ley natural única en cuanto se reducen a un único primer precepto.

2. A la segunda hay que decir: Todas las inclinaciones de cualquiera de las partes de la naturaleza humana, como la concupiscible y la irascible, en la medida en que se someten al orden de la razón[16], pertenecen a la ley natural y se reducen a un único primer precepto, como acabamos de decir. Y así, los preceptos de la ley natural, considerados en sí mismos, son muchos, pero todos ellos coinciden en la misma raíz.

3. A la tercera hay que decir: Aunque es una en sí misma, la razón ha de poner orden en todos los asuntos que atañen al hombre. Y en este sentido caen bajo la ley de la razón todas las cosas que son susceptibles de una ordenación racional."

Anotaciones de J. Biedma L.

[1] Para estudiar los antecedentes históricos del concepto de “ley natural” (Aristóteles y Cicerón) y el iusnaturalismo como corriente histórica de pensamiento, v. J. Ramos, J. Biedma y J. L. Abián, Sindéresis (Mad, Sevilla, 2003), Unidad 7, cap. 5, pgs. 166-167.

[2] Otras traducciones usan el término lógico “consecuencia”

[3] A mi juicio, el descubrimiento y desvelación del genoma humano ha corroborado esta consideración universal de la naturaleza humana. El mismo concepto de “raza” se ha vuelto científica y antropológicamente problemático, pues siempre es más lo que compartimos que lo que nos distingue.

[4] Este supuesto será clave en el nacimiento de la filosofía moderna (cartesiana) que el intelectualismo empirista del Aquinate anticipa, en este que podemos considerar un prerrenacimiento gótico, del XIII, sobre todo en el sur de Europa…

[5] O sea, axiomáticos, no pueden demostrarse porque constituyen el punto de partida de toda demostración.

[6] Tras el descubrimiento del Inconsciente (Freud) y de la base emotiva de la conducta humana, incluida la de hablar o razonar, esta tesis clásica resulta cada vez menos evidente.

[7] Cfr. Sindéresis, J. Ramos, J. Biedma y J. L. Abián, ed. Mad, Sevilla, 2003, pg. 122 ∫2º.

[8] La filosofía y la psicología actuales también ponen en duda este axioma, pues del todo emergen propiedades que no se daban en las partes. El ejemplo más a mano es el cerebro: las neuronas no piensan es el yo, que representa a la totalidad, el que piensa. La conciencia es una propiedad del yo, pero no de la neurona, ni siquiera del cerebro como objeto material…

[9] Sobre la “disputa angélica” cfr. margen pg. 139 de Sindéresis.

[10] El ser humano es un animal de realidades, dirá Zubiri en el s. XX.

[11] Tomás de Aquino no distingue entre el Principio de no contradicción , ¬(A & ¬A), en su aspecto lógico (no es posible que una tesis sea verdadera y falsa a la vez) y ontológico (no es posible que algo exista y no exista).

[12] Se refiere a la obra de Aristóteles.

[13] Kant –considerado por algunos como el último gran escolástico- mantendrá esta importante distinción entre razón teórica, cuyo objeto es el ser, y razón práctica, cuyo objeto es el bien; entre ciencia y ética.

[14] “Vitando”, un adjetivo verbal arcaico sacado del gerundivo latino: que debe ser evitado. No está mal incluir en la traducción de un texto medieval algún arcaísmo para darle una pátina antigua.

[15] De aquí se seguirían posiciones más tolerantes y alejadas del prejuicio tradicional del catolicismo contra la sexualidad y de la exaltación de la virginidad o el celibato.

[16] Obsérvese como aquí el Aquinate usa la división platónica del alma, y no la de Aristóteles.


Cuestiones para el análisis del texto

1. Investigue los antecedentes histórico-filosóficos del concepto de Ley Natural (cfr. Sindéresis 7, 5, pgs. 166-167).
2. ¿Hay muchas leyes naturales según Tomás de Aquino?
3. ¿De dónde deriva el Aquinate la unidad de la Ley Natural?
4.  Explique por qué el descubrimiento del genoma humano apoya la idea de la unidad de la naturaleza humana.
5. ¿A qué equivalen los preceptos de orden práctico en el orden especulativo o demostrativo? ¿Por qué?
6. Son evidentes los preceptos de la Ley Natural? ¿En qué sentido?
7. Escriba una semblanza histórico-filosófica de Boecio.
8. Resuma "la disputa angélica". ¿Amplía la extensión de la Metafísica más allá del ser?
9. Distinga entre lo evidente "de suyo" y lo evidente "en relación a nosotros" 
10. ¿Qué es lo primero que aprehendemos o conocemos? 
11. ¿En qué se funda según Tomás el principio de no contradicción?
12. ¿Cuál es la primera noción que alcanza en su uso la razón práctica?
13. ¿A qué se ordena o cuál es el fin de la razón práctica?
14. ¿Qué es el bien?
15. ¿Cuál es el primer precepto de la Ley Natural?
16. ¿Qué papel juegan las inclinaciones naturales en la determinación del bien y el mal?
17. ¿Cuál es la primera inclinación de todo ser vivo? ¿Cómo se expresaría en términos de derechos y obligaciones?
18. Describa la segunda clase de inclinaciones de las que se siguen derechos y obligaciones (preceptos).
19. Describa la tercera clase y sus preceptos correspondientes.
20. ¿En qué medida las inclinaciones concupiscibles e irascibles pertenecen a la ley natural?
21. ¿Cómo responde Tomás de Aquino a la tercera objeción planteada?
22. ¿En qué partes divide el Aquinate el alma? ¿Sigue en esto la división de "El Filósofo"?
23. Estudie el apartado "la moral y el iusnaturalismo" del capítulo 6 de Sindéresis, pgs. 141-144.
24. Distinga entre Ley Eterna, Ley Natural, Ley Moral, Ley humana y Ley positiva.
25. Describa los contenidos de la Ley Natural.
26. Describa las propiedades de la Ley Natural.
27. ¿Qué escuelas filosóficas niegan hoy la inmutabilidad, indelebilidad o universalidad de la Ley Natural? ¿Con qué argumentos?
28. Esquematice la doctrina ciceroniana del Derecho Natural (iusnaturalismo) (cfr. Sindéresis, pg. 107).
29. Comente la frase: "Todo aquello a lo que el hombre se encuentra naturalmente inclinado, la razón lo considera naturalmente bueno". ¿Le parece optimista o pesimista desde un punto de vista antropológico?
30. ¿Se puede decir que -igual para Tomás que para Aristóteles-, bueno es cuanto perfecciona la naturaleza humana?

Terminología

precepto, ley, ley natural, inclinaciones naturales, parte concupiscible, parte irascible (del alma), orden práctico, evidente por sí, evidencia en absoluto, evidencia en relación a nosotros, proposición, axioma, incorpóreo, aprehensión, ente, noción, primer principio indemostrable, bien, mal, mal vitando, fin, operación, agente, razón práctica, razón especulativa, correlación, sustancia, conjunción de los sexos, naturaleza racional, verdad, ley de la razón, ordenación racional.

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