Introducción"Moral y dialéctica es la orientación que Platón hereda de Sócrates"
Antonio Tovar
Platón usa el nombre de dialéctica para referirse a su método filosófico (ἡ διαλεκτικὴ μέθοδοσ). Dialégesthai significa en griego discutir, dialogar o, más propiamente: "tomar parte en el tipo de conversación que es educada, seria e interesada en la verdad" (Robinson, Plato's Early Dialectic), tratando los interlocutores de aprender el uno del otro, clasificando las cosas por sí mismos ("dialegein" es clasificar).
Podríamos forzar la traducción de "Dialéctica" llamándola Dialógica o Lógica conversacional, una lógica que consiste en el arte y técnica de dar y recibir razones. Un arte de la discusión lógica inventado por Zenón de Elea y desarrollado primero Sócrates y luego Platón.
"Una proposición es afirmada por uno o dos de los interlocutores, a ella se opone otra, y por fin es rechazada en conjunto o bien se la restablece en forma aceptable para ambas partes. Así la discusión se lleva hasta agotarse mediante la resolución de contradicciones". (Burnet, J. Greek Philosophy).
I. Dar y recibir razones
Jenofonte explica en Memorables (IV, 5, 12) que Sócrates relacionaba la dialéctica con dialegein y definía al dialectikós como al hombre capaz de discernir lo bueno de lo malo y separar las cosas en sus tipos.
En los diálogos primerizos de Platón, dicha "dialógica" o "técnica de la conversación racional" se confundía con la mayéutica, con el arte socrático de interrogar irónicamente para que el interlocutor fuera dando a luz, de sí mismo, la verdad. Allí la conversación exigía ciertos requisitos para ser productiva, es decir, para producir consensos veraces. Era necesario, ante todo, que el diálogo fuese racional, pero también amistoso, libre de coacción, y que se celebrara con la intención sincera de hallar la verdad, concebida como razón del bien o definición universal de la excelencia (areté).
"Para buscar la verdad hay que dejar los honores y cargos que pueden dar los hombres" (Gorgias, 527d)
En estos cuadritos, en estos diálogos aporéticos, así como en los diálogos de Platón llamados "de transición" como el Gorgias o el Protágoras, si no se alcanzan verdades nuevas se van afilando las armas de las dialéctica.
II. Ascensión hacia los principios
En las obras de madurez de Platón, la palabra "dialéctica" va cobrando nuevos significados (cfr. República VII, 532-4). La dialéctica resulta ser ahora un examen crítico de las hipótesis o supuestos de los saberes matemáticos. Se trata de una actividad...
1. Preparada por los saberes introductorios o propedéuticos (diánoia): aritmética, geometría, estereometría, astronomía y estrategia.
2. No empírica, puramente intelectual. Se trata de un ascenso (anábasis) desde lo sensible a lo inteligible mediante un diálogo ejemplar cuyas expresiones tocan los "conocimientos importantes" (ta mégista mathémata, Rep, VI, 503e).
3. Una vía que se orienta hacia el arché mismo para pisar allí en terreno firme [al lado de la dialéctica en Platón se pueden reconocer otras dos vías, la ascética del Fedón y la erótica de Banquete y Fedro].
4. El dialéctico capta el lógos, la razón de ser (ousía) de cada forma o idea.
5. El dialéctico se dirige hacia el vislumbre de la Idea del Bien, más allá del ser, pues la idea del bien es ideal unificador y generador de verdad, justicia y belleza.
III. Método refutativo
Como método destructor de hipótesis, la dialéctica recuerda el modelo de algunos razonamientos elementales válidos como el Modus tollendo tollens (A -> B & ¬B => ¬A) o la Reducción al absurdo, argumentos refutatorios que sólo conducen a resultados negativos.
Antonio Tovar define la dialéctica socrático-platónica como una dialéctica crítica.
IV. Visión de conjunto
En República, la dialéctica es también el método de la nóesis, esto es, el camino para la comprensión racional o intuición intelectual de las ideas. Ofrece una sinopsis o visión de conjunto. El filósofo se aleja de lo árboles para ver el bosque. Se eleva sobre los particulares sensibles para entender sus formas esenciales (ideas).
La dialéctica recuerda así un método inductivo que conduce desde las hipótesis hasta los principios no-hipotéticos, desde lo condicionado a lo no-condicionado, hasta los arcanos (archai) del saber. En este proceso, al contrario que en el proceder del matemático, el dialéctico ya no usa para nada imágenes, sino que sólo piensa ideas. Por ejemplo no refiere a este triángulo dibujado en la pizarra, sino a la triangularidad.
De este modo, el dialéctico mostraría el verdadero estatuto ontológico de las hipótesis científicas como meras ficciones, por ejemplo el punto geométrico...
"¿De qué constarán los Puntos? Contra este género [contra la noción de punto], en efecto, luchaba también Platón, considerando que era una noción geométrica; pero lo llamaba principio de la línea, y hablaba con frecuencia de Líneas insecables. Sin embargo, es necesario que éstas tengan algún límite; por consiguiente, del mismo concepto del que procede la línea procede también el punto." (Aristóteles. Metafísica, 992a).Más allá de la inteligencia discursiva (diánoia) que aún juega con formas visibles, la dialéctica se eleva de un salto hasta el principio incondicionado, en el que se basarán las deducciones del descenso. Mediante esta dialéctica se le ofrece a Platón como accesible el bien en sí, el Sumo Principio, que es el que da su facultad de ver a los ojos del alma.
V. Análisis y síntesis lógicas. Ciencia de ideas
Por último, en Fedro, Filebo, Sofista, Político y en otros diálogos tardíos, la dialéctica es un procedimiento lógico de análisis, de división y de síntesis, que preludia el método de clasificación del Árbol de Porfirio, es decir, la división de cada género en especies usando como "cociente" o criterio de división la especificidad o diferencia específica.
La dialéctica es así un método de clasificación de formas o ideas que se complementa con el método mítico o alegórico, y con las analogías imaginativas que le sirven a aquel de herramienta pedagógica. En el Político y la segunda parte del Teeteto, la sequedad dialéctica es extrema, pero junto a ella, siguen apareciendo mitos, como resto de una sabiduría arcaica menos lógica pero más profunda. Después del complicado y misterioso mito cosmológico del Político, Platón no vuelve a usar este método de exposición, como si la filosofía se volviera por completo dialéctica, ciencia de ideas.
W. Capelle habla de la Dialéctica platónica como una ciencia cuya tarea es buscar conceptos (ideas), distinguirlos claramente y establecer sus mutuas relaciones. Sólo la dialéctica puede contemplar en una idea (εἰς μίαν ἰδεαν) todo lo que está diseminado en el mundo sensible y separar con precisión unas cosas de otras, de la misma manera que también sabe, a su vez, dividir los conceptos "de acuerdo con su propia naturaleza" (Fedro, 265c).
Más allá de la dialéctica platónica
A este respecto, critica Antonio Tovar:
"Esta dialéctica de Platón está sin fijar, y muy lejos de la precisión a que avanzará con Aristóteles. Todavía no tiene una terminología establecida, y está muy cerca del diálogo" (Un libro sobre Platón, Madrid, 1956, pg. 133).
En efecto, Aristóteles considerará a la Dialéctica de su maestro una forma no demostrativa de conocimiento, una "apariencia de filosofía", arte de la disputa más que ciencia, que juega con tópicos y tesis probables. En definitiva, para Aristóteles la dialéctica es un arte argumentativo y metodológico más que ontológico, inapropiado para las ciencias físicas; más retórico, en fin, que propiamente científico. Y frente a la Dialéctica, Aristóteles desarrollará una analítica del razonamiento demostrativo, silogístico.
Bibliografía
J. Biedma L. El problema de la verdad en la primera dialéctica de Platón. Universidad de Granada, 1991 (tesis doctoral).
I. M. Crombie. Análisis de las doctrinas de Platón, 2., 5.
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