martes, 31 de marzo de 2020

LA CIUDAD DE DIOS


San Agustín
LA VISIÓN DE LA HISTORIA DE SAN AGUSTÍN

El imperio romano del siglo V ya no parecía tan malvado ni avocado al vicio como antaño, antes de Constantino, pero la Iglesia ya no parecía tan santa después de Constantino, el emperador que en 313 había decidido convertir el cristianismo en la fe del Estado (In hoc signo vinces). Hay que recordar el contexto. Cuando san Agustín (354-430) comenzó a escribir hacia el 413 su Ciudad de Dios, los bárbaros comenzaban a invadir y a destruir el imperio romano. San Agustín escribe la De Civitate Dei para responder a las acusaciones dirigidas contra los cristianos (pacifismo, incivismo) y para consolarlos por la derrota, pues en 410 el bárbaro Alarico conquistó Roma, capital de un imperio cristiano.

viernes, 27 de marzo de 2020

DIÓGENES DE SÍNOPE

Diógenes y la pareja de La Navata en sus toneles | Serralaitz | El ...

El valor de lo necesario

¡Pobre Diógenes! Le pusieron su nombre al síndrome de un trastorno mental que nada tiene que ver con su menesterosa y sobria condición. Diógenes el de Sínope (404-323) -no el de Laertes (180-240), que vivió muchos siglos después-, no quería más cosas, quería menos cosas, era un anti-consumista. Como jipi o “perro-flauta” de la época en que Alejandro el Grande dominaba el mundo, llevaba en su mochililla un vaso de madera para beber. Una vez vio a un niño beber agua valiéndose sólo del cuenco de su mano y aceptó la gran lección que le daba el niño, así que tiró el vaso. Tenía por principio ético conformarse con lo necesario, con lo imprescindible.

martes, 3 de marzo de 2020

FE Y CRISIS DEL PROGRESO

VOAEX: Viaje de (H)ormigón por la Alta Extremadura,
Wolf Vostell, 1976. Paraje natural de Los Barruecos (Malpartida, Cáceres)

  
A finales del siglo pasado menguó el interés por la conquista de la galaxia. Salvo a los astrónomos, los empleados de la NASA y unos cuantos frikis repartidos por las naciones del planeta Tierra, ¿a quién le importa ya que esta o aquella sonda haya rebasado Plutón? Incluso Plutón ha perdido su antaño consideración de “planeta” para ser una roca más entre la multitud de mundos muertos que orbitan alrededor del sol en un radio lejanísimo. No hay signos que palíen la soledad de nuestra raza o vulneren el silencio del cosmos, que no ha hecho sino extenderse más y más desde la revolución científica del XVI, como un precipicio inhumano o un pozo sin fondo, o cuyo abismo es la Nada paradójica de los agujeros negros. La Historia universal del hombre parece ser la de un relato épico pero inútil y, lo peor, sin oyentes.