martes, 12 de enero de 2010

Sindéresis


El título de nuestro manual no es casual, ha sido cuidadosamente elegido. La palabra "sindéresis" es de uso corriente en Venezuela, pero no en España, salvo como término técnico, en los manuales de filosofía.

Si hemos de confiar en los conocimientos filológicos del cardenal Joseph Ratzinger (en la actualidad Papa Benedicto XVI), la palabra "sindéresis" (synteresis) procede de la doctrina estoica del microcosmos, siendo recogida por la tradición medieval de la conciencia. Tomás de Aquino la define como una resistencia interior contra el mal y una íntima inclinación al bien.

La sindéresis (del griego têrèô, vigilo atentamente) representa el orden práctico de la conciencia moral, nuestra capacidad natural para juzgar acertadamente, más o menos ofuscada o desarrollada. El diccionario de la RAE ha acabado recogiendo la palabra con el siguiente significado: Discreción, capacidad natural para juzgar rectamente.

También definida por la escolástica como 'Scintilla rationis', 'habitus primorum principiorum practicorum', es la capacidad de juicio que aporta regla universal e infalible a la voluntad. De ahí que la voluntad humana no sea un mero desear, sino un desear con sindéresis, un querer con conocimiento y conciencia del bien, un apetito de la inteligencia por lo bueno, verdadero, lo justo y lo bello.

Al parecer, fue San Jerónimo, traductor al latín de la Biblia, quien introdujo la forma sustantiva sindéresis como chispa de la conciencia que corrige los errores de la razón (práctica) y domina los apetitos sensibles.

Baltasar Graciàn, en El Héroe (1637) parece referirse a la sindéresis como una facultad política. En este tratado, que fue su primer libro, describe las cualidades que ha de tener el hombre excelente y virtuoso. En el Primor III (a modo de capítulo tercero) se refiere al entendimiento como la mayor prenda de un héroe, que se adecua a otras dos: fondo de juicio y elevación del ingenio. Las tres forman un prodigio si se juntan...

Señaló pródigamente la filosofía dos potencias al acordarse y al entender. Súfrasele a la política con más derecho introducir división entre el juicio y el ingenio, entre la sindéresis y la agudeza.

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